viernes, 16 de noviembre de 2007

Humanizaciòn de la Organizaciones del Siglo XXI.

El objetivo fundamental de este ensayo, es realizar un esbozo general de lo que a criterio de quien lo escribe, significa la humanización de las organizaciones, y los posibles desafíos en los que se encuentra inmersa la sociedad de este siglo XXI. Por supuesto, ni siquiera se intenta brindar una solución, pero sí una reflexión a los tan llamados gerentes, y quien tienen esa gran responsabilidad de orientar a un grupo de personas.
El homo sapiens, desde sus inicios ha estado imbuido por la búsqueda incesante de conocimiento, con el objeto de responderse interrogantes ante los hechos presentes y futuros, y saber cómo enfrentarlos. No obstante, el avance de la ciencia ha traído como consecuencia, un atraso de lo que en realidad son las necesidades del hombre. El hombre, sigue siendo primitivo en lo que se refiere a su manera de pensar en relación al hombre mismo, considerando que, si las necesidades básicas del ser humano son: alimento, vestido, vivienda, educación… desde la explosión de la Revolución Industrial y la Revolución Francesa, las necesidades han estado guiadas hacia un mayor confort material.
Haciendo una visión retrospectiva en los últimos 2000 años, e incluso antes de Cristo, se observa de manera reiterativa, el olvido que el ser humano ha tenido en lo referente al enriquecimiento de valores (ética, solidaridad, moral, justicia, responsabilidad, honestidad, etc.), muy bien mencionados por Navarro (2005) en su libro Trabajar bien vivir mejor, pues, la interpretación que de la realidad se hace, viene del exterior, y en base a ella, se ha interpretado. Todo esto hace recordar, el planteamiento de Platón en el que sostenía que “conocer a Dios es hacer el bien…y quien se comporta de forma inmoral lo hace desde la ignorancia” (www.monografías .com, Platón). Y por otra parte, este gran pensador explicaba que “el bien pasa a ser la medida de todas las cosas…las leyes deben estar orientadas a obtener la paz, la justicia y el bienestar para todos” (Ríos, 2007, pag.28). Lo que se quiere decir con esto, es ¿por qué estas ideas no fueron desarrolladas? De allí, se cree, parte el problema.
¿De que bienestar se habla hoy día cuando se ha escapado de las manos de muchos gerentes el transformar verdaderamente las organizaciones, sólo en base a valores? ¿Cómo humanizar las organizaciones desde esta perspectiva? Una organización, es un conjunto de personas que pertenecen a un grupo organizado, dispuestos a cumplir ciertas funciones, llámese entonces una organización a: la familia, la escuela, la iglesia, una empresa. Todas estas organizaciones requieren del renacimiento de valores. Lo que sucede con las organizaciones, de donde el ser humano es parte imprescindible, es similar al daño que se le ha hecho al planeta tierra con las deforestaciones y la industrialización, donde la única solución posible, al parecer, sería la construcción de una nueva generación. Esto se comenta sin ánimos de ser dramáticos, pero no menos realista.
Las organizaciones del siglo XXI se encuentran ante una gran crisis -es obvio- y ante un gran desafío, el desafío no es la globalización o nuevas teoría nacientes, sistémicas, holísticas. El problema está en motivar a que los nuevos científicos se aboquen a una ciencia más humana, una ciencia que comience a preocuparse por temas de interés general dentro de una organización laboral, por ejemplo, partiendo de problemas particulares que afectan a un todo.. La teoría hacia problemas sociales se encuentra, ya la han creado, pero ¿realmente es practicada? ¿Cuáles son los temas preferidos a desarrollar por los científicos? ¿Cuáles son los intereses que hoy día poseen los grandes gerentes? ¿Sería importante estudiar y interesante conocer cuál es el impacto que tiene a nivel psicológico el mal trato de los superiores a sus subalternos, y como influye en su manera de desenvolverse laboralmente? La respuesta es tan sencilla desde esta óptica tan particular; pues no, ya que este tipo de estudios quizá no generaría tantas ganancias económicas como las que generarían las nuevas tendencias de marketing.
De acuerdo a lo mencionado anteriormente, se proponen de una manera sencilla algunos parámetros considerados de importancia, a fin de comenzar a generar cambios en las organizaciones laborales del siglo XXI, y por consiguiente, hacerlas más humanas. Se hace necesario entonces:
· Cultivar el concepto de sistema en las organizaciones, partiendo de la premisa que un todo funciona si las partes se encuentran en completa armonía, en este caso, su entorno laboral.
· Proponer un sistema horizontal de trabajo, en el cual, quien ejerce el mayor cargo o jefatura, demuestre que él es uno más del equipo. Eliminar la frase “aquí mando yo”, pero desde la óptica del respeto mutuo.
· Proponer un horario más flexible, de acuerdo a los requerimientos de cada quien, pero incluyendo supervisiones contínuas, comenzando por quien ejerce el máximo cargo, profesar la ética y la responsabilidad.
· Sonreír más, y mandar menos.
· Establecer dinámicas de grupo, en las cuales se de importancia a las labores realizadas por cada uno de los miembros. Reforzar el reconocimiento.
· Escuchar al otro. Considerar al otro. Solidarizarse con el otro. Comprender al otro, y colocarse en su lugar en momentos críticos…
· Motivar, estimular, agradecer, ser amables.
· Considerar al trabajador como una persona, no como una maquina, respetar sus horas de descanso.
Estos principios que se proponen, tan sencillos y básicos, tocarían la sensibilidad del hombre, el reto es, difundir este mensaje para comenzar a trabajar en conjunto, de grano en grano. La idea que se quiere transmitir, es desarrollar en el ser humano, la confianza, el optimismo, y la visión de sí mismo, en tanto que es un ser con recursos inagotables que hasta entonces no han sido desarrollados para sí mismo, sino para proyectar una realidad a veces creada por otros. El fin último, debiera ser la transformación del hombre, para dar paso a una transformación a nivel global y luego viceversa, es decir, crear una renovación cultural. ¿Si no cambias una cultura, cómo podrías generar valores?
En realidad, lo básico es tocar la profundidad del alma, trasladarse a lo sencillo y fundamental, porque somos seres humanos, y si se quiere para humanizar, hay que comenzar por la sensibilidad, no por la sofisticación del ser, o por más y más teorías que han logrado en este hombre “renovado”, “actualizado” la frialdad más ecuánime y homogénea posible que lo hace incapaz de ver que la esencia es lo realmente importante. ¿Muy idealista esta posición?


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