domingo, 4 de mayo de 2008

Determinantes Estructurales de la Sobreexplotación de Trabajo Femenino en Venezuela


Conforme a lo que menciona la Profesora Leticia Barrios en su artículo acerca de los determinantes estructurales de la sobreexplotación del trabajo femenino en Venezuela, cabe destacar que este tema es de reciente data e investigación debido a que las sociedades periféricas para las cuales existimos como féminas, han modelado en nuestra cultura, un patrón patriarcal que distingue a las mujeres de los hombres de manera significativa en relación a su desempeño en cualquier área. En otras palabras, a la mujer se le ha considerado como la débil, sensible, a quien le corresponde toda la labor doméstica, del cuidado de los niños o del hogar, la que no es capaz de realizar otro oficio y profesión que el de ama y señora de la casa. Este comentario, más que de ser dramático, es realista ¡ Igual no menos realista, es el profundo cambio que se está gestando en la ujer a nivel mundial.
Es cierto que el desmesurado y desorganizado crecimiento de la sociedad actual, ha inducido a la mujer a buscar fuentes de empleo, puesto que las políticas económicas implementadas hasta ahora, no han sido suficientes ante la creciente demanda de servicios y productos. No obstante, las revoluciones que han surgido a través de los años han hecho manifiesto la igualdad de los derechos de las mujeres; por ejemplo, en el año 1995 en la Conferencia Mundial de la Mujer, bajo el lema “Igualdad, Desarrollo y Paz” se acordó una estrategia para conseguir que la sociedad del siglo XXI sea más justa con las mujeres, y ésta haga valer el respeto que como ser humano se le debe conferir.
En tal sentido y en relación al estudio, la sobreexplotación del trabajo ha sido definida por Marx, citado por Leticia Barrios “como la desvalorización real de la fuerza de trabajo…” ya que, se excede en el tiempo laborado por un trabajador, y de lo cual, éste no obtiene ningún beneficio. En cuanto a la sobreexplotación del género femenino, la Profesora Barrios explica que es “un fenómeno estructural inherente a las características propias de una economía periférica que presenta un conjunto de desequilibrios en su mercado laboral. En este sentido, se aprecia además de una explotación clasista que recae sobre importantes sectores de la fuerza de trabajo, una explotación de género que se evidencia en las disparidades hombre mujer en el mercado de trabajo y que dan cuenta de una profunda división sexual del trabajo”. Barroso, M. en torno a este tema, refiere que “la mujer profesional es mujer antes de ser profesional, y es persona antes de ser mujer” (1999: pag. 211).
De acuerdo a la autora en estudios realizados entre el año 1999 y el 2000, se incrementó la incorporación de la mujer en el campo laboral, y aun cuando el desempleo y la precariedad, y la flexibilidad laboral podría observarse como un aspecto propio tanto a hombres como mujeres, en éstas es mayor dado el grado de descalificación y discriminación ante la productividad de las mismas, sectorizando empleos e incluso profesiones sólo a las mujeres por el esteriotipo culturalmente creado que las limita sólo a oficios de casa.
La autora resume que los determinantes estructurales de la sobreexplotación del trabajo femenino en Venezuela, y que a mi parecer son de mayor relevancia, se dirigen a: la incapacidad del aparato productivo para absorber la mano de obra, y la profundización del subdesarrollo. Claro está, el estudio realizado por esta autora es del año 2004, habría que revisar estudios de investigaciones más recientes, y que reflejen la realidad actual para conocer si estos aspectos han variado sustancialmente.
En todo caso, y en base a lo que se menciona, si bien es cierto que hemos estado imbuidos en una cultura con arraigos machistas, también es cierto que todos estos cambios que han impulsado a la mujer a buscar fuentes de empleos fuera de sus hogares han sido positivos para hacerse sentir como un ser totalmente productivo en igual escala que el realizado por el género masculino. Ejemplo del avance que han realizado las mujeres actualmente, es su inclusion en campos laborales antes inaceptables moral y socialmente, lo podemos palpar cuando se han visto mujeres dueñas de locales comerciales, ferreterías, choferes de taxis y autobusetas, ingenieras mecánicas, carpinteras, gerentes de empresas, etc. La cultura organizacional de algunas empresas, siguen en esencia siendo machista, viendo a la mujer como un mero objeto de belleza, sin considerar sus talentos y habilidades. A la mujer se le ha hecho presente en puestos de segunda fila, a la cual se le subordina a los mandatos de un hombre.
En contraposición a esto como se mencionó, y por lo observado de acuerdo a experiencias, la mujer se está preparando para ir en búsqueda de desempeños más competitivos y exitosos; y hacia allá está girando nuestra realidad. Dependerá entonces de la mujer venezolana, de sus valores, creencias y capacidades el que se tome en cuenta como un ser humano capaz de enfrentar cargos gerenciales o directivos de alto nivel, y lo más relevante del caso, que haga valer sus derechos ante este creciente mundo globalizado.

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